El desarrollo del sector agroindustrial desde la perspectiva local. La voz del territorio
Congreso agroindustrial de la ANDI
7 y 8 de noviembre de 2024
Plaza Mayor, Medellín
Intervención de Saúl Pineda Hoyos
Director Centro de Pensamiento Universidad EIA
- Impacto nacional y territorial del sector
- El sector representa uno de los encadenamientos productivos de mayor impacto en el país, en términos de valor agregado, empleo y exportaciones (12,5% del valor agregado sectorial del país, y el 22% de las exportaciones no minero energéticas)
- En Antioquia, por su parte, la agroindustria es considerada como un sector estratégico dentro del conjunto de los encadenamientos productivos y de servicios de la región (12,5% valor agregado del departamento; alrededor del 15% del empleo de la región y un tercio de las exportaciones totales de Antioquia).
- De hecho, de acuerdo con nuestros propios cálculos, en la última década (entre 2014 y 2024) la participación de las exportaciones agroindustriales en las exportaciones no minero energéticas de Antioquia pasó de 43% a 62%, con una ganancia de casi 20 puntos porcentuales)
- De esta relevancia que representa el sector, tanto para el desarrollo nacional como territorial quiero destacar dos características de su encadenamiento productivo que lo confirman, sin duda, como sector estratégico para nuestra región.
- En primer lugar, quiero destacar el fuerte tejido empresarial que lo caracteriza y las tendencias tan interesantes que están ocurriendo en sus encadenamientos productivos.
- De acuerdo con un análisis reciente de la Cámara de Comercio de Medellín para Antioquia, en el período 2016 – 2023, en este sector en el que predominan las microempresas (como en casi todo el tejido empresarial del país) en el departamento, las microempresas cayeron en su participación de un 91,5% a un 87,5%, mientras que las pequeñas empresas del sector crecieron en su participación de un 6,3% en 2016 al 9,4% en 2023 y las medianas lo hicieron de 1,7% a 2,6%.
- De manera complementaria, la tasa de supervivencia de las empresas del sector entre los años de 2018 – 2023, resultó relativamente más alta que el conjunto de los sectores con registro en esta cámara de comercio.
- Lo que revelan estas tendencias es, claramente, la importancia de los encadenamientos productivos que existen al interior de este sector de la economía regional, para impulsar la formalización, el crecimiento de las empresas y la expansión de las exportaciones, que constituyen tres variables claves para impulsar la productividad del sector en su conjunto y, por esta vía, la competitividad de la economía regional.
- Y en segundo lugar, quiero destacar el enorme potencial que presenta este sector para el desarrollo sostenido y sostenible del país.
- De un reporte que estamos concluyendo para la CAF desde la universidad EIA, a partir de un ejercicio comparativo de 10 países de la región, es posible concluir que el sector agroindustrial de ALC se encuentra en el centro de las cuatro estrategias de mayor impacto en la transformación productiva sostenible, con enfoque territorial en nuestras naciones.
- Estas áreas temáticas son: prácticas empresariales sostenibles; cambio técnico e innovación; encadenamientos productivos y acceso a mercados; y financiación. En todas estas estrategias nacionales el sector agroindustrial ha cumplido y cumplirá un papel central en los próximos años, a través de acciones de valor compartido entre todos los tamaños de empresas y de estas con los gobiernos nacionales.
- Algunas experiencias visibles de construcción de “valor compartido” al interior del sector y de este con las políticas de desarrollo productivo
- Uno de los aspectos que más destaca en el proyecto CAF que nos ocupa es el enorme potencial que tienen los programas de “desarrollo de proveedores” en los países de la región para propiciar la inserción de las Pymes en cadenas de valor que eleven su productividad y su sostenibilidad y, por esta vía, aumentar su presencia en mercados internacionales.
- Desde nuestro paso por el MINCIT en su momento, tuvimos oportunidad de entrar con varias iniciativas que ocurren al interior de encadenamientos productivos en materia de desarrollo de proveedores. Entre ellos los más conocidos son los de las industrias del movimiento (automotriz, astilleros y aeroespacial) y los del sector agroindustrial.
- Hoy, por ejemplo, en el sector agroindustrial, en el marco del programa “EnCadena” de Colombia Productiva, está próximo a iniciarse una intervención de “cierre de brechas”, en convenio con la Universidad de los Andes, para brindar asistencia técnica a 112 mipymes o unidades productivas para mejorar sus capacidades de proveeduría para insertarse en las cadenas de valor de frutas (aguacate, limón Tahití, plátano y gulupa) y de biofertilizantes (biofertilizantes, fertilizantes orgánicos y biopreparados).
- Pero con frecuencia la construcción de valor compartido al interior de las mismas empresas con potencial de encadenamientos pueden obtener mayores resultados en productividad y sostenibilidad que los mismos programas inducidos desde el Estado.
- En particular destaco la experiencia de una empresa ancla regional en Antioquia que nos ha enseñado mucho en esta materia. Nutresa. Los resultados de su estrategia de desarrollo de sus más de 2.300 proveedores en un total de 8 países resultan visibles en los mercados internacionales. Pero no menos visible han sido los resultados en materia de sostenibilidad al interior de la cadena.
- De hecho, llama mucho la atención que entre un grupo de 223 proveedores postulados a su premio “Proveedor Ejemplar” en su novena edición, y que fueron evaluados en 12 métricas diferentes, además de las ganancias reportadas en productividad, en promedio, el 46% de participantes mejoraron su desempeño en sostenibilidad en un 19% en comparación con el año anterior.
- Pero también en el frente de la productividad hay buenos registros cuando las empresas, las instituciones privadas de apoyo y el gobierno se unen para construir valor compartido.
- Este es el caso del programa “Fábricas de Productividad” impulsadas en el gobierno anterior y que por fortuna han tenido continuidad en el actual gobierno bajo el nuevo rótulo de “Fábricas de Productividad y sostenibilidad”.
- Los datos de Colombia Productiva para el período 2018 – 2024 son reveladores de la importante presencia del sector agroindustrial de todas nuestras regiones en estas mentorías directas en las empresas con un papel muy activo de los extensionistas seleccionados por las Cámaras de Comercio del país y que permitieron cambios entre el 16% y el 32% en productividad dependiendo de las características de cada sector.
- Estamos hablando en el orden nacional de un total de 674 empresas del sector en un total de 7.172 intervenciones finalizadas. Claramente el sector de agroindustria es, individualmente considerado, el de mayor participación en este tipo de intervenciones (casi 10% del total). En Antioquia, las empresas participantes fueron 131, de un total de 1.850 intervenciones de Fábricas de Productividad y Sostenibilidad” en la región.
- Potencial de desarrollo de prácticas empresariales sostenibles en la región (Antioquia) a partir de los encadenamientos productivos de la agroindustria. Algunos ejemplos específicos.
- La ciudad y la región han hecho esfuerzos de largo plazo – y algunos más recientes – por crear marcos institucionales propicios para la cooperación público – privada y académica en el frente de la innovación para el desarrollo sostenible y competitivo de Antioquia.
- CUEES, la CRC, Ruta N (que había entrado en pausa en la anterior administración de la ciudad) son una muestra del trabajo conjunto entre las entidades públicas, privadas y académicas, en estrecha relación con el sector. De hecho, dentro de las iniciativas cluster de la región, el 40% corresponde a conglomerados productivos del sector en la región y entre ellos por supuesto, se encuentra el cluster agroalimentario.
- Hay evidencia de que estos clústeres han sido muy importantes para la consolidación de las inversiones en los conglomerados participantes, así como en la mayor formalización de estas actividades, aunque resulta menos visible el impacto en nuevos empleos y en diversificación de las exportaciones regionales.
- El departamento cuenta con una POLITICA DE CRECIMIENTO VERDE DE ANTIOQUIA 2023-2040 (establecida por ordenanza 23 de 2023) que incluso crea la figura 14 nodos de economía circular en subregiones con potencial de desarrollo en esta dirección (Urabá, Suroeste y el Oriente Antioqueño, entre ellos).
- Incluso se han identificado varias actividades del sector agroindustrial en bioeconomía y aprovechamiento sostenible de la biodiversidad del departamento (bioinsumos, entre ellos los biofertilizantes; el uso de ingredientes naturales para el desarrollo de suplementos dietarios y nutrición médica; y la provisión de bioenergía a partir de residuos agrícolas).
- La estrategia Antioquia Emergente, por su parte, ha identificado oportunidades en nichos de mercados de productos “Long Tail” ( con primas de precio debido a su valor agregado específico para sus demandantes). Entre ellos, algunos que ya están siendo explorados, como el cannavis medicinal o los extractos de café orgánico; pero también otros que presentan gran potencial, como algunos productos de la panadería o algunas plantas y flores exóticas. Sin perder de vista desde luego el amplio espacio que ha generado para los servicios ambientales en el sector y el desarrollo de los mercados de carbono en los que es posible avanzar de la mano de los organismos multilaterales y de nuestra banca de desarrollo.